Se repitió la historia y el Blancos de Rueda volvió a ganar la Copa de Castilla y León, a un Palencia Baloncesto muy mermado por las bajas. A pesar de la derrota los jugadores de Natxo Lezkano dejaron una buena imagen.
Palencia Baloncesto 55 – Blancos de Rueda 63
El partido comenzaba con las malas noticias de la baja de O`Leary para Palencia Baloncesto. El jugador irlandés que había sido el mejor de la semifinal, se lesionaba en la espalda frente a Baloncesto León y se unía así a las bajas Jeff Xabier y Juanpe García.
En estas condiciones no se presentaba un encuentro para ser optimista y mas viendo que el quinteto de Luis Casimiro salía a la pista concentrado y con un intensidad que les ponía con un marcador de 0-10 en breves instantes. Solo dos tiros libres de Carles Bravo ponían freno a la sangría en un equipo palentino que parecía no haber salido aun del vestuario.
Durante el primer cuarto la sensación de que todo se había decidido ya rondaba el pabellón ya que las ventajas se mantenían siempre por encima de los trece puntos
Se comenzaba el segundo cuarto con catorce puntos de ventaja para los vallisoletanos cuando la defensa zonal ordenada por Lezkano comenzaba a dar sus frutos y frenaba la racha anotadora del equipo visitante. A pesar de que a los jugadores morados les costaba h
En los cinco primeros minutos de este cuarto Blancos de Rueda solo anotaba tres puntos, y de esta manera Palencia Baloncesto se acercaba (23-27) a cinco minutos del descanso. A falta de pocos segundos para terminar el cuarto, un robo de balón posibilitaba que Bravo, MVP de la final, en un contraataque lograse igualar el marcador (32-32) y revitalizase la ilusión de la afición palentina.
Todo fue un espejismo pues al igual que al inicio de partido, para cuando los jugadores palentinos se dieron cuenta de que ya no estaban en el vestuario, Blancos de Rueda había logrado otro parcial de 10-0. Solo Raúl Mena con cuatro tiros libres y una canasta en juego de Bravo anotaron en el tercer cuarto. Mientras Palencia Baloncesto solo anotaba esos seis puntos, los vallisoletanos machacaban el aro local desde la línea de tres puntos.
Una vez más a los colegiales les tocaba luchar contra corriente y demostraron su orgullo. A pesar de comenzar el último cuarto 16 puntos abajo a base de pundonor consiguieron situarse a solo cinco cuando aun restaba medio cuarto por jugarse.
Al final fue solo nadar para morir en la orilla debido al agotamiento y a la mayor calidad del rival.
Tal y como indicaba el guión, Blancos de Rueda revalido su titulo de campeón de Castilla y León, mientras que Palencia Baloncesto demostró ser un digno finalista a pesar de su escasa rotación. El capitán palentino, Carles Bravo fue galardonado con el MVP de la final con sus 17 puntos y 7 rebotes.