
Lo vivido el viernes en el Municipal de Palencia fue una demostración de todo lo que hace grande al baloncesto: tensión máxima, prórroga agónica, remontadas, entrega total y una grada que llevó en volandas a su equipo. El 101-94 final ha puesto la eliminatoria 2-1 para los morados, que este domingo (20:00h) tienen su primera oportunidad de cerrar la serie y acceder a la Final Four.
Pero la victoria dejó huella. Como reconoció Luis Guil al término del encuentro, fue “una tarde-noche larga” con un desgaste altísimo: “Hicimos un esfuerzo físico muy grande. Con la rotura del tablero al principio, más la prórroga, fue un día duro que acabó con la victoria, pero con jugadores muy tocados”.
Los nombres propios del parte de guerra son preocupantes: Cameron, Tobias, Alec y Adam acabaron con molestias. El cuerpo técnico, con Joseda a la cabeza, ha tenido menos de 48 horas para recuperar a varios de sus pilares.
Cómo llega Palencia: cuerpo cansado, mente firme
Desde el plano físico, el equipo llega justo. Las rotaciones fueron intensas y las piernas pesan, pero mentalmente este grupo parece más entero que nunca. Guil lo explicaba con claridad: “Cuando juegas este tipo de campeonatos, muchas veces no es la táctica lo que gana, sino el aspecto mental. Cómo recuperas a los jugadores, cómo afrontan cada partido…”.
Y en eso Palencia está demostrando una fortaleza emocional digna de campeón. A cada golpe de Obradoiro, los castellanos respondieron con firmeza. Y lo hicieron desde la colectividad, sin necesidad de una única figura salvadora. Krutwig dominó desde el pase y la lectura de juego, Wintering puso orden y puntos con su habitual fiabilidad, y Kunkel volvió a ser letal desde el perímetro. Dimitrov está completando una serie sobresaliente, Vaulet ha regresado a su mejor versión justo cuando más se le necesita y jugadores como Oroz o Borg demuestran que, acierten o no, la entrega no se negocia.
Obradoiro, entre la reacción o la eliminación
Los gallegos, grandes favoritos al ascenso antes de arrancar los playoffs, están ahora contra las cuerdas. El 2-1 obliga a Obradoiro a ganar en Palencia sí o sí para forzar el quinto en Fontes do Sar. El golpe anímico del viernes ha sido duro, pero su plantilla tiene recursos y experiencia para reponerse.
No se descarta el regreso de Alex Galán, baja el pasado viernes, lo que daría aire a la rotación interior y se espera que Félix Alonso apueste por un inicio muy físico y agresivo para marcar el ritmo desde el primer minuto.
Barcello, MVP del tercer partido con 27 puntos, es la principal amenaza ofensiva. A su lado, Brodziansky, Balvin y Faggiano pueden desequilibrar en cualquier momento si el Palencia no consigue mantener la concentración atrás.
Claves del cuarto partido
1. La recuperación física: Palencia necesita recuperar energías en tiempo récord. La actuación del cuerpo médico será tan decisiva como el planteamiento táctico. Si jugadores clave llegan limitados, el fondo de banquillo tendrá que dar un paso al frente.
2. El control emocional: Guil lo tiene claro: “Hasta ahora hemos sabido gestionar la victoria y la derrota. Ahora toca hacerlo otra vez. Mi objetivo no es solo preparar cosas nuevas, sino que los jugadores estén listos para adaptarse”. La cabeza fría será clave en los minutos calientes.
3. El empuje del Pabellón Municipal: La afición palentina ha sido el alma del equipo. “No sé si puedo esperar más del público… fue una puñetera locura”, decía Guil. La Caldera de Castilla puede ser el sexto jugador que marque la diferencia ante un Obradoiro que, si no impone su ritmo, sufrirá.
El partido del domingo en el Municipal de Palencia (20:00h) será dirigido por Ángel de Lucas de Lucas, Ariadna Chueca Romero y Antonio Manuel Zamora Rodríguez .
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