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Victoria a trompicones ante Adepal

Partido controlado desde el principio que pudimos ganar de amplia ventaja o perder tras varios minutos faltos de concentración. Al final lo que cuenta, es la victoria, y merecida además y eso es lo único que vale cuando se mira la clasificación.

Palencia Baloncesto 69 – Fundación Adepal Alcázar 63

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Hay veces que el valor de la victoria tiene mucha más importancia en que la forma en que se ha producido. Hoy es uno de esos días, un partido de bajo nivel pero que se ha llevado Palencia Baloncesto al final con todo el merecimiento porque siempre ha sido el que ha ido por delante y el que ha puesto algún argumento a mayores.

Desde el principio del partido se vio que iba a ser un partido raro o complicado. Ya avisábamos en nuestra previa que Adepal no es precisamente una perita en dulce y que siempre lleva los partidos al máximo nivel de exigencia y que no regala ni los buenos días.

Y es que Palencia Baloncesto, a pesar de la canasta inicial de Adepal, fue siempre por delante en el marcador (o casi). Palencia jugó durante todo el encuentro con la goma, unas veces mantenía una buena ventaja y otras se dejaba recortar. Sin duda esa fue la tónica general del encuentro.

El primer cuarto sin embargo fue tal vez el más tranquilo. No había ventajas amplias pero sí que Palencia trabajaba bien en defensa y mantenía a raya a los pivots alcazareños que no lograban penetrar la defensa palentina.

Buenas acciones de Fuentes, mejor que otros días en ataque aunque solamente anotara dos canastas (ambas triples), hacían que Palencia, gracias al base andaluz, llevara el ritmo del encuentro a su antojo. Alvaro Frutos lo intentaba pero Fuentes le superaba en defensa continuamente, al menos en este primer cuarto. Palencia se iba con un 19 a 14 pero daba la sensación que podía haber sido algo más amplia la ventaja.

La goma empezó en este segundo cuarto. Palencia lograba ampliar la ventaja considerablemente con buenas acciones defensivas y buen trabajo en ataque. Pero en lo que fue la tónica del partido, incompresiblemente fallaba la concentración (esperemos que no fuera que vieron fácil el partido) y los de Juarez recortaba la diferencia. En estos minutos destacaron sin embargo las tareas y acciones defensivas de Edgar y Olmos. Ambos protagonizaron varios tapones verdaderamente espectaculares que levantaron los aplausos de la grada que estaba más bien a la espectativa de lo que pudiera ocurrir. De nuevo Palencia se iba con ventaja al descanso pero con esa misma sensación de que se podía haber roto el partido tras haber tenido un amplia ventaja.

La dinámica del partido no varió tras el descanso. Palencia no anotaba prácticamente en estos primeros minutos y los manchegos, ya con Virgil y Frutos más acertados, lograban ponerse a dos puntos de Palencia. El tiempo muerto de Lezcano servía para varias la dinámica. Era ahora Palencia el que tenía las ideas más claras y entre Navajas, Bravo y Frost (este había estado desaparecido los dos primeros cuartos), devolvían la ventaja a Palencia, sobre los 10 puntos.

Pero el partido era de sufrimiento y de nuevo volvíamos a bajar la guardia tanto en ataque como en defensa y Adepal volvía meterse en el partido.

Lo más emocionante quedaba para el final. Palencia seguía por delante en el marcador pero afloraban las dudas y los miedos a perder que han costado a los colegiales demasiados partidos.

Sí, las ventajas eran de Palencia pero se notaba cierto nerviosismo en los jugadores y ni las continuas rotaciones de Lezcano, aplacaban esa sensación. Poco a poco los de Juarez recortaban diferencias y a falta de apenas 4 minutos para el final, lograban ponerse por delante en el marcado (58-59). Por el pabellón pasó un aire frío recordando las derrotas ante Axarquía, León, Navarra,…, recuerdos todavía presentes de partidos ganados pero que se habían perdido finalmente.

El jugador franquicia de Palencia, Carles Bravo, anotaba un salvador triple que daba la tranquilidad a los palentinos, ya que a partir de ahí volvió la confianza a los jugadores y aunque con sufrimiento, se logró llegar al final con victoria aunque la última canasta de los alcazareños con ocho décimas para el final, fue un síntoma más de esos fallos de concentración que nos ha costado varios encuentros.

Lo mejor, ya que no hubo buen juego, fue la victoria. Ante un equipo duro, sin practicar un buen juego se logró la victoria y ojo, merecida, porque Palencia puso un punto más desde el principio, porque tuvo más argumentos durante el encuentro para vencer y eso a pesar de los fallos y la falta de concentración en determinados instantes. Por momentos pareció que Palencia podía marcharse tranquilamente por más de 15 puntos pero o lo vieron fácil o falló la mentalidad. Buena victoria, al fin y al cabo, con momentos brillantes y otros muchos menos.

Lo mejor: A pesar de la falta de acierto en el triple,  Carles Bravo fue posiblemente el mejor ya que fue el que asumió la responsabilidad en los momentos importantes y anotó el triple que devolvía la confianza al equipo en los últimos minutos y eso solo lo puede hacer alguien especial como el gran capitán palentino, Carles Bravo. Gran partido también de Ale Navajas, muy bien en defensa y en ataque también tuvo un buen papel anotando además el triple que certificaba prácticamente la victoria.

Lo peor: En cuanto a Palencia Baloncesto lo peor del partido puede ser el bajo nivel de Clark, totalmente desacertado de cara al aro y sobretodo, más que a nivel individual, el bajísimo porcentaje en tiros de dos del equipo.

Y por especial, a pesar de la victoria, Palenzuela y su compañero Javier Jerez, volvieron a demostrar que arbitrar es difícil pero pitar mal a posta solo lo pueden hacer expertos como Palenzuela. Menos mal que el colegiado Javier Jérez, barrió un poco para casa porque el señor Palenzuela volvió a demostrar el verdadero odio y arbitraje dirigido que realiza. Si un detalle lo demuestra es lo que ocurrió en el último tiempo muerto de Naxto Lezcano faltando aproximadamente 15 segundos. Palenzuela se dirigió a Sergio, segundo de Lezcano, Raúl (preparador físico de Palencia Baloncesto) diciéndole aproximadamente «Tú chaval ni te muevas». El joven técnico palentino miró a su alrededor mirándo a quién se dirigía dándose cuenta ante su incredulidad que se dirigía a él. No es buena gente este Palenzuela. Y que nadie piense que el arbitraje nos perjudicó, fue malísimo para los dos, pero esos detalles de Palenzuela se quedan en la retina.

Lástima de la victoria de Tarragona sobre Obradoiro, la gran sorpresa de la temporada.

Galería de fotos del partido entre Palencia y Adepal

Así, se puede

Aun con el buen sabor de boca, tras la sufrida victoria de ayer pasaremos a analizar la actuación individual de los jugadores.

Antes de nada queremos felicitar tanto a los jugadores como al cuerpo técnico por esta victoria ya que imaginamos el sufrimiento y tensión que han vivido al ver como por unas u otras circunstancias la victoria en Palencia se resistía.

Los que hemos visto algún entrenamiento sabíamos que el equipo trabajaba bien, pero eso no se reflejaba en la cancha. Ahora esperamos que la confianza haya aumentado tras ganar a un gran rival (aunque diezmado) como Cáceres y haber vivido una noche de esas que hacen célebre al Marta Domínguez.

La comunión entre equipo y afición fue total, gracias a la intensidad de los jugadores y como no, a la actuación individual del señor Martínez de Prada, cuyas decisiones encendieron al público.

Aunque el análisis consista en hacer una valoración individual, debemos remarcar que ha sido una victoria del grupo, de remar todos en la misma dirección y arrimar el hombro al compañero. También soy consciente de que mi visión del partido quizás no está reflejada en las estadísticas, pero así son las cosas.

Pasamos a hablar de los jugadores.

Quique Garrido: En mi opinión el mejor del partido. Dominó todas las facetas del juego, defensa y dirección. Discreto en anotación, pero como ayer los movimientos del equipo eran más fluidos, no necesitó asumir esa responsabilidad. Es la extensión del entrenador en pista y de la afición en el banco.

Adrian Moss: Su llegada ha hecho que encajen todas las demás piezas del puzzle. Su polivalencia le hacen temible tanto dentro de la pintura como fuera, y eso ayuda a que el rival no pudiese cerrase. Fue clave para blindar nuestra zona y evitar los rebotes ofensivos de los extremeños.

Carles Bravo: Un partido muy completo a pesar de los errores desde la línea de tres. Cáceres se empleo con contundencia para frenarlo o desquiciarlo pero es un jugador que aporta en muchas facetas.

Ronald Clark: Cuando se es tan frío como aparenta el americano, se es para todo. Para desesperar a la afición en defensa y para no ponerse nervioso cuando hay que asumir la responsabilidad y tirar. Ayer fue el segundo caso, dio un recital de tiro en suspensión adornado con algún mate.

Tim Frost: Junto con Moss, se encargó de cerrar a cal y canto la zona local. En ataque se vio mermado  porque Cáceres solo le permitía recibir en zonas muy alejadas.

Edgar San Epifanio: Puede parecer una osadía decir que un jugador que anota solo dos puntos hace un gran partido, pero ese fue el caso ayer. Estuvo en pista cuando había que dar un giro de tuerca a la defensa, función para la cual Clark no está cualificado, y se dedicó a jugar para el equipo en ataque. Como en el caso de Garrido tuvo pocas opciones de lanzamiento, pero firmó una de las acciones más bonitas del partido. Robo y detalle técnico espectacular, para anotar en una jugada clave, porque frenaba un intento de remontada visitante.

Ale Navajas: Otra alegría para muchos aficionados, ver como Navajas empieza a encontrar su sitio en el equipo. En ataque obligaba a Cáceres a abrir su defensa y a la hora de defender tapó las “lagunas” de Clark en más de una ocasión y sufrió la capacidad interpretativa de Angulo.

Adrian Fuentes: Al igual que Edgar realizó una de las jugadas “clave” con robo y canasta ante Cherry. Se le nota mejoría en su juego aunque parece que aun no tiene confianza para frenar en carrera y lanzar. El efecto psicológico de la lesión aun pesa, pero partidos como el de ayer, ayudarán a su crecimiento.

Sergio Olmos: Pocos minutos, pero suficiente para mostrar su buen juego de pies, en su única canasta, y también su falta de físico para poder luchar cuerpo a cuerpo por los rebotes.

Lezkano: Nada que reprochar, vio perfectamente cuales eran las piezas necesarias en cada momento y puede respirar tranquilo al ver reflejado en la pista el trabajo semanal.  Debemos destacar que se le vio muy preocupado por evitar cualquier posible “decisión” arbitral respecto a los jugadores del banquillo. Por eso estuvo muy activo evitando gestos de euforia de los suplentes, para no dar opción a ninguna técnica.

Los árbitros: Me siento muy a gusto hoy hablando de ellos. La victoria hace que nadie pueda acusarnos de buscar excusas. Ayer Martínez de Prada fue el encargado de evitar que Palencia Baloncesto rompiese el partido en los dos primeros cuartos. Todos los balones divididos o dudosos eran para Cáceres (¡¡todos!!!). Tónica que siguió a rajatabla hasta que en el tercer cuarto señalo lucha en un balón de Moss que Angulo en ningún momento llego a disputar, tras el ridículo en la siguiente jugada señaló falta inexistente del propio Angulo.

Aun así no se privó de intentar regalar dos balones a Cáceres en el último cuarto, teniendo que ser corregido por su compañero.

Y las técnicas son caso aparte. Tras amenazar a Garrido por simular falta cuando fue arrollado por Cherry, a Cáceres se le aguantaron protestas airadas de Aranzana (más de una ocasión) Lucio Angulo y Francis Sánchez, con actitud chulesca de este último. Al final fue necesario un “vete a la mierda” del jugador visitante, para sentirse capaces de señalar la falta técnica.

Esta semana se visitan dos canchas difíciles, como Ourense y Pamplona, en las cuales esperamos que ayudados por el ánimo de la victoria, se puedan lograr resultados positivos.