Los de Fisac fueron más «hombres» y «valientes»

MyWigo Valladolid 70 – Quesos Cerrato Palencia 67

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Porfi Fisac dijo en la rueda de prensa previa al encuentro que para vencer a Palencia «tendremos que ser muy hombres y muy valientes para sujetar este potencial que ellos tienen«. Y lo fueron. Justos de rotaciones, cargados de faltas, pusieron sobre el parquet lo que tenían, fueron honestos con su potencial e hicieron honor a las palabras de Fisac en la rueda de prensa.

Los palentinos que durante tres cuartos de partido volvieron a abusar de la circulación del balón por el exterior sin mucho sentido, alargando las posesiones y a pesar de tener situaciones cómodas de tiro, estas no siempre entran, pero se olvidaron que por dentro hay jugadores como Urko o Arteaga, que ante un Valladolid justo en esas posiciones, podía haber sufrido lo que sufrió en el último cuarto.

La nutrida afición palentina se fue del Pabellón Pisuerga decepcionada y muy «cabreada», más de 200 aficionados del equipo colegial que vieron tres cuartos de partido de desastre y un último que fue lo que debería ser.

El primer cuarto estuvo marcado por las pérdidas de balón de Quesos Cerrato que atacaba con lentitud y sin convicción la defensa de Valladolid.

Por el contrario los locales atacaban con decisión la zona palentina buscando un extra pass que acababa con canasta fácil en la pintura visitante, una señal de que Quesos Cerrato no estaba imponiendo su juego interior. Lo mejor, el resultado que era 25-17, solo 8 abajo para lo visto en el cuarto. Como anécdota la advertencia de los árbitros a la mascota de MyWigo por sus aspavientos tras la canasta en los tiros libres.

El segundo cuarto comenzaba de forma parecida al anterior, con la entrada de Arteaga trascurridos 3 minutos de este cuarto, se cerraba mejor la defensa pero el ataque continuaba igual de espeso, estático e indeciso y la ventaja se situaba entre 8-10 puntos. Gracias a los tiros libres (86%) y al empuje de Urko el equipo sigue vivo, pero dando señales de alarma.

Si los dos primeros cuartos habían sido malos en ataque tras el descanso fue de pesadilla. Salida muy fría tras el descanso, todo lo contrario a como se esperaba, mientras que Valladolid con la confianza que daba ir por delante, anotaba todo lo que tiraba en los cuatro primeros minutos de cuarto mientras que los palentinos no anotaban más que dos puntos hasta el tiempo que pedía Lezkano.

A cinco minutos para el final del cuarto la ventaja de Valladolid era de 17 puntos, un desastre auténtico de los palentinos que además llevaba el desánimo a la grada palentina muy callada ante lo que estaba viendo. Lógico.

La diferencia solo hacía que aumentar, un despropósito tras otro, salvo las apariciones puntuales de Urko. Al final del tercer cuarto 56 -34. Otro tercer cuarto lamentable y van dos.

La remontada parecía tarea imposible, pero al menos se esperaba ver algo de “carácter”. Arteaga, desaparecido en el partido en ataque anotaba cuatro puntos consecutivos, un triple por aquí, un Guille Justo que hacía su aparición en el último cuarto secando a Montañez y con él las ideas en ataque de los vallisoletanos y además se jugaba por dentro…. Palencia se ponía a solo 13 puntos en sólo tres minutos. Se creía en la remontada, la afición palentina callada hasta ese momento encontraba por fin un hilo de esperanza y se les notaba.

Una técnica a Sergio de la Fuente tras tres simulaciones descaradas en la misma jugada, daba esperanzas porque podía ser una jugada redonda, pero los colegiados señalaban técnica a Arteaga por vete a saber qué, posiblemente por encararse al vitoriano tras las tres simulaciones.

La jugada se saldaba con lucha y saque para los vallisoletanos y tras el fallo de los locales, Forcada, en un rápido contrataque, anotaba un 2+1 que situaba a Palencia a sólo 10 a falta de seis minutos.

Poco a poco la diferencia se iba rebajando y a solo 1:19 para el final, a Fornas por fin le entraba un triple que situaba a los palentinos a tres puntos. Fisac paraba el partido.

Pero se entraba en el carrusel de faltas y ahí, con los vallisoletanos por delante, no apareció la posibilidad de remontada, tampoco hubiera sido del todo justo.

Las caras de decepción y «cabreo» de los aficionados palentinos eran más que evidentes, tres cuartos lamentables y uno final que puso el caramelo en la boca. A lo mejor por eso la afición palentina salió más enfadada porque lo que vio en el último cuarto era lo que tenía que haber visto antes, con todos los respetos a un Valladolid muy trabajador.

Lo mejor: La lección de honestidad y valentía que Porfi Fisac y sus jugadores, sobretodo sus jugadores, dieron a Natxo Lezkano y a sus jugadores.Aun siendo a lo mejor injusto con jugadores como Urko y tal vez alguno más, la salida en el último cuarto de Guille Justo, defendiendo a un gran nivel a Montañez, impidiéndole recibir con comodidad y pensar, fue lo poco salvable de Palencia.

Pero sobretodo hay que reconocer a la afición palentina que en más de 200 personas y a pesar de ser día de diario, estuvieron presentes en Pisuerga.

Lo peor: ¡Qué decir del partido!. Falló Lezkano que no varió durante tres cuartos el juego del equipo y cuando se jugó corriendo y jugando con el juego interior, se hizo daño, aunque también los locales físicamente ya estaban tocados, pero también fallaron los jugadores.

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