Final Adecco Oro: Alicante es una fiesta, vuelven a la ACB

River Andorra 71 – Lucentum Alicante 95
Alicante retorna a la ACB solo una temporada después de su descenso y lo hace por la puerta grande, ganando un partido que supo romper en el momento oportuno gracias a su extraordinario acierto desde la línea de tres y su dominio del rebote. Ahora deberán hacerlo efectivo en los despachos, si es que la ACB les deja.
A los andorranos les queda un sabor muy amargo a pesar de la extraordinaria temporada del equipo de Peñarroya, dos partidos le han apartado del ascenso, que hubiera sido merecido igualmente, el primero en la gran final de la temporada en Burgos, y este quinto encuentro de playoffs, dos momentos en los que la experiencia mandaba y Burgos y Alicante, han andado sobrados de ello.
En cuanto al partido en sí, dominio casi global en el marcador de Lucentum Alicante durante el encuentro; tras dos o tres minutos en los que Andorra llegó a estar un punto por delante, fue el equipo de Perelló el que comenzó a mandar en el electrónico, con unos inspirados primeros instantes de Huertas, que permitían a los visitantes tomar ventajas de entre 4 y 6 puntos.
Peñarroya según iban pasando los minutos iba ajustando más su defensa, y esas primeras ventajas se iban reduciendo gracias a Blanch, que tiraba del carro para incluso poner por delante de nuevo a los locales con 3:20 por delante.
Un parcial de 0 a 7 devolvía a Alicante al mando del partido y así acababa el primer cuarto, con 15 a 21.
Ambos equipos iniciaban el segundo cuarto muy acertados. Por parte visitante era Bas el que demostraba porqué es uno de los mejores aleros de la liga, y por el otro lado Blanch contestaba cada triple que anotaban los de Perelló.
Unos primeros minutos espectaculares para los aficionados pero poco a poco Alicante se iba imponiendo, y tras colocarse a 5 puntos a falta de dos minutos para el final, Huertas y Bas anotaban sendos triples que junto a varias acciones positivas de los visitantes, permitían a Alicante ir con 11 puntos de ventaja al descanso.
Nada más salir de vestuarios Rivero anotaba un triple, y eso metía el miedo en el cuerpo a los andorranos, que veían como Alicante se ponía con 19 de ventaja en un abrir y cerrar de ojos, con apenas dos minutos jugados, desaprovechando incluso una antideportiva.
Alicante dominaba el ritmo, el rebote, y las sensaciones, y primero Rejón y luego Huertas desde la línea de tres, ampliaban la ventaja hasta los 24. Segundo tiempo de Peñarroya. Daba igual, Huertas volvía anotar de tres, 27 de ventaja, que llegaba a ser de 29.
El resto del cuarto hubo un amago de reacción de los locales, bajaban a 24 y en los segundos finales Jesús Fernández cometía su segunda antideportiva y tenía que ir al vestuario. Flis solo aprovechaba un libre y al cuarto final con 49 a 75, demasiada diferencia.
Los nervios seguían presentes en el cuarto final, la frustración llevaban a Flis a dar un manotazo al balón y a protestar airadamente a los colegiales. Técnica descalificante, aunque el partido ya estaba decidido.
De ahí al final Alicante intentaba no hacer más daño, ya que los jugadores andorranos estaban nerviosos.
Buen detalle de Peñarroya, permitiendo a Dani Pérez y Justin Safford, dos jugadores que no han podido disputar minutos por su lesión, disputar los treinta últimos segundos para recibir el homenaje de su afición.
Lágrimas en el rostro de los jugadores andorranos, y lágrimas de alegría y de emoción en Alicante que celebraba en la cancha y junto a los valientes aficionados que viajaron al Principado, este ascenso.
Son las dos caras de este bello deporte.